Roses es un municipio de la comarca del Alto Ampurdán, en Girona, que se ubica en una bahía bañada por el Mediterráneo. Es un pueblo con un gran encanto, en un entorno de gran riqueza natural y con una historia que se remonta al periodo del neolítico. La ciudad fue fundada por el pueblo griego en el siglo VIII a. C. y le dieron el nombre de Rodas. Pasaron por allí otras civilizaciones y culturas como la romana o la visigótica, y fue objetivo de piratas sarracenos y franceses. Todo ello ha convertido a Roses en una localidad llena de vestigios arquitectónicos de distintas épocas de la historia.
Roses es un lugar especialmente privilegiado
Se encuentra a 65km de Girona, al norte de la Costa Brava, a menos de 30 km de la frontera con Francia y al lado del Parque Natural de Cap de Creus. Es decir, una posición estratégica para conocer los puntos más atractivos de la región.
Roses no solo es un sitio ideal para hacer turismo, también es un emplazamiento maravilloso para vivir. Estas son algunas de las razones por las que tener una casa en Roses.
1. Playas y calas
Roses, al estar situada en en litoral de la Costa Brava, está rodeada de amplias playas de arena suave y calas íntimas de agua turquesa. Si nos desplazamos hacia el norte, bordeando el Parque Natural de Cabo de Creus, disfrutaremos de un tramo de espectaculares acantilados entre los cuales se esconden pequeñas calas poco masificadas. Allí se puede disfrutar de la naturaleza y olvidarse del resto del mundo.
La propia localidad de Roses está bañada por una enorme playa de 1800 metros, y por la playa de la Punta ambas con aguas claras, tranquilas y poco profundas. Perfectas para dar un paseo relajante al final del día. A menos de 1km de la ciudad, está la playa de Palangres que además cuenta con una zona habilitada para hacer picnics.
2. Clima en Roses
El clima en esta región del Mediterráneo es generalmente muy agradable, con un tiempo soleado durante gran parte del año. Los veranos y los inviernos son templados y el promedio de lluvias anuales es de 749 mm. La Costa Brava registra una temperatura promedio de 25ºC y en la época estival, la brisa marina refresca el calor del sol. Roses es una localidad que se presta a las actividades al aire libre, al disfrute del mar, del cielo y de veladas en cualquiera de sus muchas terrazas.
3. Excursiones
Al encontrarse en un entorno natural único, exuberante y con una gran variedad flora y fauna, el senderismo es una de las actividades más recomendadas. Los parques nacionales de Aiguamolls de l’Empordá y Cap de Creus cuentan con rutas y senderos a pie bien señalizados para hacer una buena excursión.
Otra posibilidad de ocio en Roses son los deportes acuáticos. Esta zona de costa con aguas tranquilas es ideal para hacer kitesurf, kayak o vela. El fondo marino de la Costa Brava alberga a una gran diversidad de especies que, junto a sus aguas cristalinas, convierten a la región en el destino preferido para amantes del esnórquel y el submarinismo.
Aquellos que quieran dar el salto al país vecino, lo tienen fácil ya que solo solo hay que realizar un corto trayecto para llegar Cerbère, la ciudad más próxima.
4. Patrimonio en Roses
El patrimonio cultural de Roses y sus alrededores es especialmente interesante. En lo alto del Cabo de Creus, se encuentra el conjunto megalítico de Roses, formado por un grupo de impresionantes dólmenes y menhires que han desafiado al tiempo durante miles de siglos. La Ciudadela de Roses es una fortificación del s.VI dentro de la cual se han hallado restos de asentamientos griegos, romanos y visigodos.
Si nos alejamos un poco más y llegamos a Figueres, la capital del Alto Ampurdán, podremos visitar su casco histórico medieval. La ciudad de Girona, también cuenta con un patrimonio espectacular, con una imponente catedral, rincones medievales, baños árabes y una judería, entre otros muchos atractivos monumentales.
5. Gastronomía en Roses y provincia de Girona
Lo mejor de la gastronomía de Roses es la materia prima de calidad. Su producto estrella es el pescado fresco, ya que este municipio es un puerto natural con una flota pesquera que provee a diario a la ciudad, de marisco y pescado fresco. El plato más tradicional es el suquet de pescado que se puede degustar en casi todos los restaurantes de Roses.
Tampoco podemos olvidarnos de los exquisitos vinos de la comarca, elaborados por bodegas de la región con la D.O. Empordà. Existe una gran variedad: crianzas, vinos jóvenes, rosados, blancos y cavas. Aunque el más emblemático es la garnatxa, un licor dulce fabricado con uvas del mismo nombre.
Como se puede ver Roses es un destino lleno de posibilidades, no solo para los turistas, también para los residentes que pueden disfrutar de una calidad de vida envidiable.